En nuestro afán de aprendizaje y conocimiento sobre el uso medicinal de cannabinoides en animales, buscamos información real y seria, principalmente basada en hechos empíricos y estudios clínicos, que proporcionen una información veraz y objetiva sobre los efectos del cannabis medicinal en la salud de nuestras mascotas.

Una de nuestras principales fuentes es Red Cannabis Medicinal Veterinaria, compuesta por médicos veterinarios y profesionales de la salud y el comportamiento animal de toda latinoamérica. Uno de sus fundadores, que además ejerce de director científico de esta organización, el doctor Jhon J. Betancourt ha sido tan amable de concedernos esta entrevista, que esperamos os resulte tan interesante como a nosotros.

Buenos días Jhon. Lo primero, queremos agradecer tu dedicación y estudios sobre el uso terapéutico de cannabinoides en veterinaria. También agradecerte tu tiempo y amabilidad de ayudarnos con esta entrevista. Nos gustaría empezar porque nos contases cómo y por qué decidiste investigar la aplicación veterinaria del cannabis terapéutico. ¿Cómo conociste el cannabis terapéutico?

Soy Médico Veterinario de profesión pero, mi historia con el cannabis comienza mucho antes de convertirme en veterinario. Me gradué hace ya 16 años, y fue en esa época cuando comencé a hacer mis “primeros pinitos” con el cannabis, principalmente por mí condición médica. Yo soy paciente epiléptico refractario, y por esa razón, comencé a buscar opciones terapéuticas para poder controlar mis episodios convulsivos. Así que después de muchos años de estudio y gracias a los conocimientos básicos de mi carrera, empecé a experimentar en mí mismo, en mi enfermedad, el uso del cannabis, ya que estaba tomando muchísimas pastillas que tenían muchos efectos secundarios, pero no tenía efectos favorables para mí condición médica. Ese fue el inicio de mi curiosidad por el cannabis.

Además, siempre me ha gustado investigar. Desde antes de la universidad me gustaba mucho el tema de poder ser «científico», e investigar temas diferentes. Gracias a mi acercamiento al cannabis, me interesé muchísimo también por las plantas medicinales, lo que nos llevó a crear, hace ya más de 10 años, una ONG llamada Conciencia Verde, desde donde pudimos comenzar a trabajar con plantas medicinales, agroecología y medicina veterinaria, asociadas a la medicina ancestral. En Conciencia Verde, tuvimos la oportunidad de conocer a varios maestros de SOCLA (Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología), con quienes hemos hecho algunos trabajos, concursando y licitando en convocatorias de conciencias.

También en 2014 ganamos un proyecto destinado a la superación de la pobreza extrema, de la mano de una reserva campesina muy pobre, donde ayudamos a establecer un proyecto llamado “Ecobúfalo Campesino”, creado para transformar derivados de leche de búfalo y visibilizar su consumo en las grandes ciudades. Gracias a esta ONG pudimos comenzar a trabajar el tema del cannabis antes de que se legislara en Colombia, con algunos pacientes animales y otros pacientes atendidos por médicos, a los que proporcionábamos asesoría.

En Colombia, el uso y venta de cannabis medicinal está regulado desde 2.016, y contáis con una comunidad indígena completamente dedicada al uso e investigación de plantas medicinales, entre las que se también se encuentra el cannabis. Cuéntanos en qué consiste Conciencia Verde y qué pasos fuisteis dando antes de llegar a la regulación.

En Colombia hace ya tres años que el uso del cannabis medicinal está regulado. Los médicos y veterinarios aquí podemos prescribir cannabis cumpliendo ciertas reglamentaciones, que básicamente son tres: historia clínica del paciente, consentimiento firmado y la prescripción facultativa en el formato del Colegio Médico correspondiente, ya sea el Veterinario o el de Médicos humanos.

Antes de su regulación, ya trabajábamos con comunidades indígenas y étnicas a través de la ONG (Conciencia Verde), en territorio ancestral, lo que vulgarmente se conoce como el Desierto de la Tatacoa, dónde realizamos un programa con las comunidades indígenas y campesinas de la zona. Esto fue el principio de todo. Desde entonces, la ONG fue evolucionando, desde el tema de la agroecología, pasando por trabajos con plantas medicinales, hasta llegar al cannabis de una forma concreta una vez se estableció la regulación en Colombia. Fue entonces cuando creamos el proyecto Red Cannabis Medicinal Veterinaria. Así que Conciencia Verde y Red Cannabis Medicinal Veterinaria son como dos proyectos medio hermanos.

¿Cómo de extendido está el uso en general de cannabis medicinal en Colombia? ¿Está extendido el autocultivo con fines terapéuticos?

Sí que detectamos un auge en el consumo de cannabis medicinal aquí en Colombia. También hemos notado su crecimiento en el campo veterinario, también porque es el medio en el que nos movemos. Sin embargo, sigue habiendo mucho estigma debido a las acciones tomadas por EE.UU en su guerra contra las drogas. Especialmente con el cannabis, contra el que han realizado importantes campañas de publicidad negra. Concretamente, hubo una campaña de publicidad muy famosa en televisión, denominando a la marihuana como “la mata que mata”, que quedó muy grabada en los colombianos de a pie, lo cual obviamente hace muy difícil eliminar estos estigmas. Poco a poco, con el trabajo que vamos realizando en investigación, vamos ayudando retirar estos estigmas.

Con respecto al autocultivo con fines terapéuticos, no está muy extendido, y tampoco está completamente regulado. Encontramos más autocultivo para uso recreativo y poco destinado a usos medicinales. Trabajamos con un grupo de pacientes pequeño, dónde sólo tres o cuatro familias tienen autocultivos para mantener sus propias terapias. Pero es un poco más complicado, porque consideramos que es un tema que conlleva una gran responsabilidad, y por ello hay que estar asesorado por un profesional, que sepa indicar qué planta es más adecuada para él o para su mascota. Así que desde nuestro punto de vista es imprescindible consultar sí o sí con un profesional, que asesore sobre qué fitocannabinoides son los indicados para tratar su enfermedad o la de su mascota.

En España el autocultivo está prohibido, así que sólo tenemos acceso a trabajar con preparados industriales con un máximo de 0,2% de THC. En Colombia trabajáis con preparados “caseros”, más artesanales… ¿Con qué tipo de preparados trabajas? ¿Qué genéticas y métodos usas para las extracciones?

Como aquí el autocultivo está autorizado, podemos trabajar con hasta 20 plantas, sin restricciones en los rangos de CBD o THC. En la legislación se ha establecido una reglamentación específica para el cáñamo y otra para los cultivos que contengan más de 1% de THC, que son los cultivos legalmente establecidos como “cannabis medicinal”. De forma que los cultivos con menos de 1% de THC son considerados como “cannabis industrial”.

En este momento nosotros trabajamos con contenidos de THC y CBD que estén de acuerdo con las patologías que presenten los pacientes, aunque actualmente no hay disponibles muchos productos para trabajar. Se pueden conseguir algunos productos por internet, pero no son legales. Hasta la fecha no existe ningún producto que cumpla con todas las disposiciones de la legislación colombiana, ni en medicina humana ni en medicina veterinaria. Son los pacientes los que se encargan de suministrar los productos, los compran por internet en Canadá, Europa, EE.UU. o en otros países. Hemos tenido la oportunidad de trabajar con diferentes marcas, incluyendo cristales de CBD puro, y hemos aprovechado para realizar test de laboratorio a estos productos que han ido llegando a nuestras manos, para comprobar que las cantidades de CBD contenidas eran las mismas que las anunciadas en el envase, y la verdad es que nos hemos llevado varias sorpresas.

En ocasiones también trabajamos con preparados “caseros”, siempre manteniendo la rigurosidad de nuestro trabajo, buscando las dosis en miligramos más adecuadas. Con nuestro equipo de ingenieros agrónomos y farmacéuticos y nuestros compañeros especialistas en cannabis medicinal hacemos “en pequeño” todo lo que está en nuestra mano para seguir avanzando, dentro de la legislación y la limitación que conlleva no poder disponer de productos adecuados.

Usamos diferentes métodos de extracción artesanales, pero hemos llegado a la conclusión de que lo que mejores resultados nos proporciona son las extracciones alcohólicas sin dexcarboxilar, que resultan más potentes. En cuanto a genéticas, dependiendo de la dolencia a tratar, solemos elegir entre Purple CBD, AK47, Amnesia, Green Crack y Candida, entre otras, manteniendo siempre las mismas plantas para poder mantener la composición de cada extracto lo más estable posible para nuestros pacientes.

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Hemos leído el estudio que has presentado junto al Dr. Rafael Santisteban-Arenas. Nos ha sorprendido el ratio THC : CBD contenido en las muestras presentadas. Nunca hemos visto un porcentaje de THC tan elevado (71%), así como de otros cannabinoides. ¿Trabajáis con extractos de estas genéticas? ¿Cómo es trabajar con un ratio 51:1 en animales?

Fue muy interesante trabajar con el Doctor Santiesteban. Nos fuimos hasta Argentina con las muestras, ya que nos permitieron hacer los análisis en la Universidad Nacional del Rosario. Allí tienen un espectrofotómetro unido a un cromatógrafo de gases, que hacen que las lecturas sean muy muy acertadas. El análisis lo realizamos sobre muestras provenientes de genéticas trabajadas por indígenas colombianos.

Pensamos que el tema de los ratios CBD:THC es muy importante, pero estamos más pendientes de otros ratios, como los referidos al CBN o CBG que, como habrás observado, en esta muestra son muy interesantes, ya que estos fitocannabinoides también tienen mucho potencial farmacéutico y medicinal. Estos contenidos tan altos en fitocannabinoides, teniendo en cuenta que son proporcionales (es decir, por cada 50 moléculas de THC  hay una de CBD), nos son muy útiles para tratar dolencias que requieren un tratamiento con altos niveles de THC.

Nos hemos dado cuenta de que el THC tiene tantas propiedades medicinales como el CBD (si no más, pero no vamos a entrar en este debate). Dependiendo de qué otros compuestos acompañen al THC, y en qué cantidades, éste actúa de forma diferente. Por ejemplo, la genética Amnesia tiene altos contenidos en THC, pero nos funciona tan bien como el CBD en pacientes que sufren ansiedad.  Sin embargo, otras cepas altas en THC como la AK47 funcionan mejor para aliviar el estrés (ya que los animales también sufren estrés) que para la ansiedad. Sin embargo, somos conscientes de que aún queda mucho por investigar, lo cual nos encanta, porque estamos deseosos de descubrir otros productos con diferente potencial, ver cómo se adaptan genéticas europeas a las condiciones biofísicas de Colombia y qué potencial pueden llegar a desarrollar aquí.

Háblanos un poco del “paciente cero”, Aquiles… ¿qué fue lo que más te llamó la atención durante el tratamiento? ¿Cómo llegasteis a la conclusión de que la solución estaba en el ratio CBD:THC?

Aquiles no es el primer paciente que atendimos, pero es uno de nuestros pacientes emblemáticos, principalmente por su estado de salud. Estaba en un grado tan profundo de epilepsia, y llevaba tanto tiempo convulsionando que una de las principales opciones que se planteaban sus propietarios era la eutanasia. El resultado del tratamiento con CBD y THC fue espectacular. Una vez lo recuperamos del ictus, nos dimos cuenta de que, a este paciente en particular el THC le sentaba mejor. Con el tratamiento disminuimos la frecuencia de sus convulsiones y ayudamos a mejorar su bienestar y su calidad de vida, que es nuestro objetivo con todos nuestros pacientes.

Todos estos buenos resultados ayudaron a la familia a tranquilizarse también, al ver que las convulsiones disminuían en tiempo e intensidad. Aquiles fue un paciente que nos marcó mucho porque fue extremadamente noble, la familia estuvo muy receptiva y el tratamiento comenzó a funcionar desde el primer día. Lamentablemente, Aquiles ya murió, pero seguimos tratando a algunos de sus hermanos de camada y a otros hermanos adoptivos, que viven con la familia de Aquiles, de problemas de ansiedad y otras patologías, también con cannabis. Aquiles siempre será un paciente muy emblemático por lo que representó para nosotros.

Queremos dar a entender por qué es importante la presencia de THC y otros cannabinoides en los preparados de CBD. También consideramos que es muy importante que los posibles usuarios consideren el poder medicinal del THC, sin dejar de atender a la realidad de que es un compuesto psicoactivo para nuestros perros y gatos. ¡Échanos una mano, por favor!

La presencia de THC, como de CBD es un punto muy importante a tratar. Sabemos que el CBD es un compuesto medicinal, esto ya está más que demostrado desde Europa. Son los receptores CB1 los que principalmente reaccionan ante la presencia de THC. Según nuestras experiencias, los tratamientos altos en THC funcionan especialmente bien como tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, y en aquellas que afectan el sistema el sistema nervioso central y periférico. Se dan muchos casos de estas enfermedades en animales, algunas parecidas al Alzheimer o al Parkinson en humanos, y hemos obtenido excelentes resultados gracias al THC.

En cuanto al debate sobre la psicoactividad del THC, siempre sale a relucir cómo un asunto relevante o “grave”. Muchas de las sustancias o fármacos con los que trabajamos a diario, actualmente, son psicoactivos. De hecho, hay bastantes que son mucho más peligrosas que el THC. El THC es muy seguro. Los opiáceos, barbitúricos, o benzodiacepinas, por poner un ejemplo, son medicinas que fácilmente podrían suponer la muerte a cualquiera de nuestros pacientes, o que mal administrados pueden causar daños irreversibles, lo cual no ocurre con el THC.

Personalmente, considero que la doble moral tiene mucho peso en este asunto. Tenemos que aceptar trabajar con fitocomponentes. Más allá del tabú del cannabis, hay que reconocer que también hay mucho miedo, entre médicos y veterinarios, porque no están preparados para trabajar con fitofármacos, llámese cannabis o plantas medicinales. En realidad, parece como si tuvieran más miedo a trabajar con fitofármacos que a hacerlo con fármacos alopáticos, aunque ello conlleve la prescripción de medicamentos tan peligrosos como los opiáceos, que deprimen la base del cerebro y pueden producir paros cardiacos, cosa que no ocurre con los fitocannabinoides. Cabe resaltar que en casos de estrés post traumático, que también existe en animales, es el THC el fitocannabinoide que mejor funciona. Es precisamente su poder psicoactivo, que también influye sobre el centro de la memoria a corto plazo, lo que nos permite ayudar al paciente a que deje de pensar en el evento traumático que le produce estrés. Al dejar de recordar el evento, va liberándose poco a poco y eliminando el estrés.

Nosotros llevamos a varios pacientes a los que el THC les funciona fantástico. También se nos presentan muchos casos de problemas respiratorios como el asma, muchas veces provocados por alergias, en los que utilizamos tratamientos altos en THC, ya que es un potente broncodilatador, antiinflamatorio y analgésico. En estos casos, los efectos son casi inmediatos, ya se trate de asma felina, que es una dolencia que se presenta bastante a menudo, o bronquitis alérgica canina. Así que somos testigos del gran potencial del THC.

Puedes leer la segunda parte de la entrevista aquí.