Como ya hemos visto en la introducción sobre el CBD, éste puede ser extraído tanto del cáñamo industrial, como de la marihuana. Para poder entrar en los límites legales, la mayoría de extracciones se realizan sobre cáñamo industrial cuyo porcentaje de CBD no supere el 0.2%. Para las extracciones se utilizan las hojas y flores de las plantas. Una vez está listo para recolectar, se recoge y se traslada a las instalaciones para su transformación.

Los dos métodos más seguros y limpios de extraer el CBD de las plantas son el CO2 y el etanol , que es un alcohol apto para el consumo humano (usado para fabricar bebidas alcohólicas).

Extracciones de CO2.

Las extracciones con CO2 son las más comunes. Se necesita una menor cantidad de plantas para obtener buenos resultados. La materia verde se filtra a través de una serie de cámaras dónde se controlan presión y temperatura. La aplicación de diferentes niveles de presión y temperatura al cannabis es capaz de conseguir aislar cannabinoides con un 90% de precisión.

 

 

La alternativa a las extracciones con CO2 son las extracciones con etanol, que por sus propiedades disolutivas es capar de disociar y aislar los cannabinoides. A diferencia del CO2, las extracciones con etanol dan lugar a más  extracciones de amplio espectro, además de eliminar los restos de clorofila y materia verde seca.

Una vez separado el conjunto de cannabinoides del resto de la planta, el resultado se somete a la cromatografía, gracias a la cual podemos distinguir los diferentes cannabinoides para después separarlos. El CBD es fácil de distinguir entre el resto, ya que interactúa de una forma muy fuerte con la cromatografía por lo que se mueve más despacio que, por ejemplo, la clorofila, que al interactuar de una forma más débil se mueve a mayor velocidad. De esta forma podemos distinguir y separar CBD, terpenos, THC, flavonoides y el resto de cannabinoides contenidos en la planta.

                                                                                Ejemplo de cromatografía

Existen otras formas de extracción, como la «descarboxilación», que permite extraer un tipo de CBD que interactúa inmediatamente con el sistema endocannabinoide. De esta forma suele tardar menos tiempo en ser efectivo, pero hay que camuflar su mal sabor, bien con aceite de coco, mantequilla de cacahuete…, bien en cápsulas o en forma de cristales.