En la planta de Cannabis Sativa se encuentran más de 60 compuestos activos, llamados «Cannabinoides». El Cannabidiol o CBD es sólo uno de estos compuestos que se encuentran en todos los tipos de plantas de Cannabis Sativa (Cannabis Indica y Cannabis Ruderalis también) aunque no es el más conocido. El más conocido es el THC o Tetrahidrocannabinol, cannabinoide asociado con los efectos psicoactivos de la marihuana. El CBD no tiene nada que ver con éste, siendo relativamente reciente el descubrimiento de que puede tener efectos positivos en los organismos con Sistema Endocannabinoide (SEC), y todos los mamíferos poseemos este sistema.
Materia prima
Normalmente, se utiliza cáñamo industrial para las extracciones de CBD, ya que los niveles de THC del cáñamo son muy bajos, completamente insuficientes para provocar cualquier efecto psicoactivo. Por otro lado, se ha descubierto que el CBD procedente de marihuana (cannabis con altos niveles de THC) es más potente, e incluso funciona mejor junto a una pequeña cantidad de THC. Por eso se está trabajando en conseguir variedades de marihuana con altos valores de CBD y valores bajos de THC.
Es también el THC lo que hace la planta legal o ilegal. En España, el máximo legal de THC es 0.2%
¿Por qué es legal en algunos países y en otros no?
La planta de Cannabis Sativa es uno de los cultivos más antiguos de la humanidad. Se han encontrado rastros de cultivos datados alrededor del año 2.600 a.C, tejidos de fibra de cáñamo con 6.000 años de antigüedad, referencias a ritos religiosos dónde se usaba marihuana e incluso evidencias de su uso medicinal de muy diversas formas: evaporado sobre piedras en saunas, en infusión como el té, triturado como un ungüento… En cuanto a su uso «industrial», del cáñamo se han venido fabricando tejidos, papel, pinturas, barnices… desde hace miles de años. Si se ha usado durante tanto tiempo, entonces… ¿por qué es ilegal? En resumidas cuentas, porque a principios del siglo XX (1.903), Estados Unidos incluyó el cannabis en una durísima ley antidroga, junto al opio y la cocaína, y el resto de países y Naciones Unidas fueron detrás. Ahora, la despenalización del cannabis de uso recreativo en algunos estados de EE.UU, está regularizando y normalizando su uso, tanto a nivel recreativo como a nivel medicinal.
Últimos estudios
No hace mucho tiempo que los estudios de los cannabinoides se han reactivado, revelando un mundo lleno de posibilidades para los diferentes usos de los diferentes componentes que se encuentran en el cannabis: cannabinoides, flavonoides, terpenos… todo puede disociarse y actuar por separado. Si nos hemos centrado en el CBD, es porque científicos descubrieron que esta sustancia producía una comunicación de doble sentido entre dos receptores de nuestro cerebro y los demás receptores. Hasta entonces, se había observado que la comunicación entre los receptores era solo «de ida». Al aplicar CBD, esa comunicación se hizo de «ida y vuelta» y con ello, se descubrió el Sistema Endocannabinoide y sus receptores, CB1 y CB2. Lo bueno de que esa comunicación tenga dos sentidos es que el cerebro puede localizar con mayor precisión dónde está el problema, y aplicar una solución más efectiva.
Plantación de cannabis en invernadero
Como complemento o suplemento alimenticio, las semillas de cáñamo están consideradas como un superalimento, ya que contienen proteínas, carbohidratos, fibra, vitaminas B1, B2, E, Fósforo, Potasio, Magnesio, Manganeso, Calcio, Hierro, Sodio, Zinc, Cobre y ácidos grasos beneficiosos como Omega 3, Omega 6 y Omega 9. Actualmente se encuentran en una gran variedad de preparaciones, basadas en harina de cáñamo (pan, galletas, pastas…) o basadas en aceite de cáñamo (cosméticos, jabones, pinturas, biodiesel…).
Si quieres saber más sobre el CBD, aquí te lo contamos todo.