Se ha comprobado que el THC puede aumentar la frecuencia cardíaca desde 20 hasta 50 latidos por minuto, para compensar la reducción de la presión arterial, causada también por el mismo THC. En dosis bajas, el THC parece activar los efectos pro-cardiovasculares beneficiosos para la salud. Sin embargo, dosis más altas de THC, anulan los efectos sobre los receptores CB2, lo cual puede resultar en un impacto negativo en la salud cardiovascular.
El CBD tiene efectos beneficiosos sobre los factores de riesgo cardiovascular y mejora la recuperación en casos de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. Los consumidores de cannabis con problemas cardíacos deben gravitar hacia genéticas con mayor contenido de CBD que de THC .
Los episodios cardiovasculares solo representan el 2% de todos los informes médicos relacionados con el cannabis. Sin embargo, los cannabinoides sintéticos presentan un mayor riesgo de complicaciones cardíacas y de salud, y deben ser evitados por todos los consumidores.
En Estados Unidos, se producen más de 630.000 muertes al año relacionadas con la enfermedad cardíaca, lo cual representa casi una cuarta parte de todas las muertes contabilizadas al año en este país. Los consumidores de cannabis recreativo están advertidos sobre el daño potencial que la droga puede causar en su cerebro, pero ¿qué pasa con el corazón?
¿Podría el cannabis afectar nuestra salud cardiovascular?
El sistema cardiovascular está formado por el corazón y los vasos sanguíneos, que transportan la sangre a través del cuerpo («cardio» se refiere al corazón, mientras que «vascular» se refiere al sistema de vasos sanguíneos, venas y arterias). Cuando el sistema cardiovascular no funciona correctamente, puede provocar un ataque cardíaco donde parte del músculo cardíaco muere, o un derrame cerebral, que es se bloquean o rompen los vasos sanguíneos, privando a las células cerebrales de sus nutrientes y provocando su muerte.
En una serie de análisis recientes, se ha investigado el impacto del cannabis en factores de riesgo cardiovascular (como los niveles de colesterol, las tasas de obesidad y la diabetes), y en eventos cardiovasculares tales como accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos. Llegaron a la conclusión de que no hay pruebas suficientes de que el consumo de cannabis tenga algún efecto sobre los ataques cardíacos o los derrames cerebrales, o que aumente sus factores de riesgo. De hecho, los investigadores encontraron evidencias de que el consumo de cannabis puede estar asociado con un menor riesgo de obesidad. Entonces, ¿están los consumidores de cannabis libres de riesgo? Los autores apuntan a que algunos de los estudios podrían estar limitados por un riesgo elevado en el sesgo, y un control deficiente sobre los niveles y la frecuencia de exposición al cannabis. Además, debido a que los niveles de THC en genéticas para uso recreativo están aumentando, es difícil establecer pautas para los efectos del consumo de cannabis utilizando los patrones de uso actuales.
Aumento de complicaciones de salud relacionadas con el cannabis
Con el aumento del número de consumidores de cannabis, también ha crecido el número de eventos cardiovasculares relacionados con su consumo. Uno de los problemas es que, los consumidores de cannabis que aparecen en las salas de urgencias, suelen ser jóvenes con escasos factores de riesgo, lo cual lleva a creer que el cannabis está jugando un papel importante en la salud. La mayoría de los estudios que analizan el impacto del cannabis en la salud cardiovascular solo controlan los patrones de uso general, no el tipo de cannabis y la cantidad de THC que contienen.
Mientras un estudio determina que el riesgo de ataque cardíaco aumenta casi cinco veces durante la hora posterior al consumo de cannabis, otro encuentra que el uso semanal de cannabis aumenta más del cuádruple el riesgo de accidente cerebrovascular. De todo esto, podríamos deducir que si el acceso al cannabis aumenta con la legalización, las muertes cardiovasculares aumentarán, lo cual suena aterrador. Pero si eso es cierto, ¿cómo podría otro estudio llegar a la conclusión de que no hay pruebas suficientes del efecto del cannabis en las complicaciones cardiovasculares?
La variedad del tipo de cannabis y los patrones de uso hacen que los estudios en seres humanos sean inexactos.
Un dispensario normal tiene una amplia gama de productos de cannabis disponibles. Algunos son ricos en THC, mientras que otros son bajos en THC. Algunos tienen altos niveles de otros cannabinoides , como el cannabidiol (CBD), que puede tener efectos opuestos al THC. Pero la mayoría de los estudios que analizan el impacto del cannabis en la salud cardiovascular solo controlan los patrones de uso general, no el tipo de cannabis.
Los estudios generalmente no controlan el consumo de THC o la presencia de otros cannabinoides. Las evaluaciones más amplias del impacto de la legalización en los problemas cardiovasculares ni siquiera evalúan si éstos ocurrieron en usuarios de cannabis, asumiendo que el aumento en el acceso al cannabis es la variable que cambió la tasa de mortalidad. Entonces, cuando alguien dice que el «consumo de cannabis» aumenta el riesgo de eventos cardiovasculares, las siguientes preguntas deberían ser «¿qué tipo de cannabis?» Y «¿con qué frecuencia se está usando?» Para comprender mejor el impacto del cannabis en el corazón, analicemos la contribución que los receptores de cannabinoides endógenos tipo I y II (CB1 y CB2) tienen en la función cardiovascular.
El impacto de los receptores CB1 en la frecuencia cardíaca y el riesgo de ataque cardíaco
Los receptores CB1 se encuentran en todo el sistema cardiovascular del cuerpo. Están en el músculo cardíaco, rodean los vasos sanguíneos y regulan los nervios cerebrales que controlan la frecuencia cardíaca. Así que hay razones para creer que el cannabis rico en THC podría afectar la función cardiovascular.
Aumento del ritmo cardíaco
La activación de los receptores CB1 por el THC puede aumentar la frecuencia cardíaca en 20-50 latidos por minuto. Este aumento se produce para compensar la reducción de la presión arterial causada por el THC. La presión arterial disminuye porque el THC aumenta el diámetro de los vasos sanguíneos, lo que obliga al corazón a trabajar más para bombear la sangre. Algunos informes encuentran que el corazón debe trabajar un 30% más en presencia de niveles altos de THC.
Efectos en las arterias
La activación del receptor CB1 también aumenta la acumulación de placa en las arterias, lo que aumenta el riesgo de aterosclerosis, una enfermedad caracterizada por el estrechamiento de las arterias, que puede provocar ataques cardíacos y derrames cerebrales. Este efecto se produce a través de dos mecanismos principales:
- Primero, la activación de los receptores CB1 aumenta la cantidad de químicos dañinos, que dañan las paredes de las arterias. El daño a las paredes arteriales inicia una respuesta inmunitaria que atrae a células inmunitarias especiales conocidas como macrófagos, que se convierten en parte de la pared de la arteria.
- Esto se ve agravado por un segundo efecto de la activación de los receptores CB1, que aumenta la cantidad de colesterol «malo» de los macrófagos que se adhieren a las paredes de la arteria. Los niveles elevados de éstos químicos tienen un efecto negativo en la acumulación de placa, lo que aumenta el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.
Los efectos de los receptores CB2 en la salud cardiovascular
Mientras que los medicamentos que activan los receptores CB1 pueden tener efectos negativos en la salud cardiovascular, los medicamentos que activan selectivamente los receptores CB2 tienen efectos beneficiosos en la salud del corazón. Se ha demostrado que las dosis bajas de THC reducen la acumulación de placa y el riesgo de aterosclerosis.
Los receptores CB2 se expresan principalmente en células inmunes, pero sus niveles aumentan en otras partes del cuerpo después de una lesión o enfermedad. Por lo tanto, no solo son un buen objetivo para reducir los efectos dañinos de los receptores CB1 en la salud del corazón, sino que pueden ser un objetivo prometedor para disminuir el daño causado por una lesión o un ataque cardiovascular.
La activación de los receptores CB2 reduce la inflamación y los radicales libres, que aumentan la acumulación de placa en las arterias y elevan el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. A través de este efecto antiinflamatorio, si ocurre un ataque cardíaco o un derrame cerebral, la activación de los receptores CB2 reduce la extensión del daño .
¿Es el THC peligroso para la salud cardiovascular?
La respuesta depende de la dosis. El THC puede activar los receptores CB1 y CB2, pero las dosis bajas de THC parecen activar con más fuerza los efectos pro-cardiovasculares para la salud. En dosis más altas, el efecto del THC sobre los receptores CB1 anula su efecto sobre los receptores CB2 y tiene un impacto negativo en la salud cardiovascular.
De hecho, se ha demostrado que las dosis bajas de THC reducen la acumulación de placa y el riesgo de aterosclerosis. Se cree que este efecto beneficioso relacionado con dosis bajas proviene de la activación de los receptores CB2 por parte del THC y no de los receptores CB1, lo que sugiere que la capacidad del THC para activar los receptores CB2 puede proteger al corazón, mientras que la activación de los receptores CB1 puede dañarlo.
Como otros cannabinoides afectan la salud cardiovascular
Dos de los fitocannabinoides más abundantes, además del THC, son el CBD y la tetrahidrocannabivarina ( THCV ). El CBD puede bloquear la capacidad del THC para activar los receptores CB1 y podría proteger contra algunos de los daños causados por la caída de la presión arterial y la frecuencia cardíaca elevada causada por el THC solo.
Por sí solo, el CBD es un potente antioxidante y neutraliza los radicales libres dañinos. También tiene una fuerte capacidad antiinflamatoria que puede reducir el daño causado por la activación de los receptores CB1. De hecho, el CBD tiene efectos beneficiosos sobre los factores de riesgo cardiovascular y mejora la recuperación en modelos de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.
El THCV tiene efectos pro-cardiovasculares al bloquear la función del receptor CB1 en dosis bajas. Es a través de este mecanismo que se piensa que el THCV reduce la sensibilidad a la insulina, lo que reduce el riesgo de eventos cardiovasculares. Y al igual que el CBD, el THCV ha demostrado ser seguro en los ensayos clínicos. El THCV se convierte en un activador de los receptores CB1 en niveles altos, pero en la mayoría de las variedades de cannabis, los niveles de THCV son demasiado bajos para activarlos.
Los cannabinoides sintéticos pueden causar la muerte
Los cannabinoides sintéticos, particularmente aquellos que intentan imitar el THC, se han relacionado con numerosas consecuencias graves para la salud. Dado el impacto que puede tener la activación de los receptores CB1 en la salud cardiovascular, esto no debería sorprender. Los cannabinoides sintéticos son de 2 a 100 veces más potentes en la activación de los receptores CB1 que el THC. Incluso después de un solo uso, los cannabinoides sintéticos se han relacionado con numerosos casos de emergencias médicas que involucran presión arterial peligrosamente baja, ritmos cardíacos anormales e insuficiencia renal, que a veces resultan en la muerte .
El cannabis y los riesgos cardiacos: resumen
A pesar de esta imagen aparentemente sombría, los eventos cardiovasculares solo representan el 2% de todos los informes médicos relacionados con el cannabis. La relación del cannabis con la salud cardiovascular aún no está clara, y nos queda inferir sus efectos de los impactos del THC en sí mismos o generalizar de los efectos de la activación de los receptores CB1 o CB2 en modelos preclínicos.
La evidencia sugiere que el consumo de cannabis aumenta el riesgo de eventos cardiovasculares, pero estos estudios no controlan los niveles de THC consumidos, la presencia de cannabinoides adicionales y, a menudo, que contrarrestan (por ejemplo, CDB), la duración y la frecuencia de uso y el método de consumo. Independientemente de cómo interprete el riesgo, solo asegúrese de mantenerse alejado de los cannabinoides sintéticos.
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